La primera pregunta que suelen hacerse las personas en relación con la grasa es: «¿tengo demasiada?» Sin embargo, también deberíamos preguntarnos: «¿qué tipo de grasa tengo?». En este blog analizaremos la grasa subcutánea, el porcentaje de grasa subcutánea y cómo actuar para perderla.

 

¿Qué es y dónde se localiza?

La grasa subcutánea es la grasa que se almacena justo debajo de la piel. Pellízcate la piel con los dedos pulgar e índice y estarás pellizcando grasa subcutánea. La grasa visceral es la grasa almacenada alrededor de tus órganos internos, en el interior de tu pared muscular. Notarás que tienes demasiada grasa subcutánea en el pliegue que hacen los tirantes del sujetador o en la «chicha» que rebosa por encima de los pantalones. 

 

Grasa visceral frente a grasa subcutánea: ¿cuál es más saludable?

Tanto la grasa subcutánea como la visceral son depósitos de energía que contribuyen a tengamos la energía necesaria para llevar un estilo de vida activo. La grasa también contribuye al sistema endocrino, liberando hormonas y proteínas vitales que ayudan a regular otros órganos y procesos corporales.

Así pues, un nivel adecuado de grasa, tanto subcutánea como visceral, es esencial para la salud. Un monitor de composición corporal te dirá si tu porcentaje global de grasa corporal está dentro del rango saludable (entre el 20 y el 35 % para una mujer y  el 8 y el 25 % para un hombre).

Los niveles de grasa subcutánea y visceral están influenciados por el estilo de vida y también van cambiando de forma natural a lo largo de la vida. Las investigaciones han demostrado que, aunque tu peso y tu nivel de grasa corporal total sigan siendo los mismos, a medida que envejeces, la distribución de esa grasa puede cambiar, siendo más probable que se acumule alrededor de la zona abdominal. Los hombres tienden a desarrollar más grasa visceral a medida que cumplen años (la conocida como «barriga cervecera») y las mujeres tienden a almacenar más grasa subcutánea cuando son más jóvenes, pasando a almacenar más grasa visceral tras la menopausia.

Un exceso de grasa visceral se asocia a graves problemas de salud, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, aunque la grasa subcutánea no se considere tan poco saludable como la visceral, puede impedirnos estar tan en forma y sanos como nos gustaría.

 

Estrategias para perder grasa subcutánea

Las estrategias para perder grasa no tienen por qué centrarse en contar calorías. ¡A veces, incluso requieren consumir más! ¡Más calorías saludables, por supuesto! Las proteínas de alta calidad, como el pescado o la soja, y las grasas saludables, como el aguacate y el aceite de oliva, te permitirán empezar este camino con buen pie. Cambia una ensalada de queso por una repleta de atún o legumbres y aguacate y estarás dando a tu cuerpo justo lo que necesita.

A continuación, céntrate en tu ejercicio físico y empieza a incluir algo de entrenamiento de resistencia para construir tu base muscular, además de mantener sano tu sistema cardiovascular. El entrenamiento de resistencia puede consistir en poner una ligera inclinación en la cinta de correr, hacer tus estiramientos con la ayuda de una banda de resistencia o llevar pesas de mano ligeras cuando sales a caminar.

Un exceso de grasa subcutánea tiene más que ver con la figura que tenemos y un exceso de grasa visceral está asociado a riesgos de salud más graves; pero entender cuánta grasa tenemos y saber qué hacer al respecto si queremos reducir nuestro porcentaje de grasa corporal, hará que tengamos el control sobre nuestra salud y la libertad de aprovechar la vida al máximo.